ODA A LA COHERENCIA

2014 年 6 月 30 日6160

Coherencia: "Actitud lgica y consecuente con una posicin anterior", dice la Real Academia. Y una virtud fundamental en un poltico porque permite a los electores tener certeza de a quien eligen y de cuales sern las acciones y posturas de su candidato cuando alcance la funcin pblica a la que aspira.

Admitamos que la coherencia no es ciertamente una cualidad que abunde en nuestros campos. Aunque la poltica colombiana est plagada de ilusionistas y payasos, y uno que otro equilibrista y ventrlocuo, lo que se da como maleza, para envidia del Circo del Sol, son acrbatas y trapecistas. Estamos llenos de personajillos que dan un salto tras otro, de partido a partido, de gobierno a gobierno, sin caerse ni sonrojarse. Para ellos el resultado nunca es malo, trepando de una administracin a la siguiente, medrando siempre en el erario pblico y asegurando una cuota de clientela para sus ms cercanos feligreses.

Pero esta eleccin es, quizs, el smmum de la incoherencia poltica. No recuerdo ninguna otra en que tantos y en tan poco tiempo hayan cambiado de tal manera sus posiciones, algunos de ellos abandonando principios que decan caracterizarlos.

No me refiero, por obvios y conocidos, a los royes y armanditos o a los conservadores enmermelados que estn hace aos al arriendo del mejor postor. Esos hace rato que arriaron las banderas de cualquier doctrina y no son ms que mercenarios de la poltica, aunque sin el coraje que, para bien o para mal, s tienen quienes se juegan la vida en la batalla. Muy al contrario, estos son ejemplares dignos de libros de texto sobre la supervivencia, parsitos que se aferran a sus presas y de ellas se alimentan.

Tampoco hablo del dueo del circo, hoy reelecto, que hizo de la incoherencia una mxima y de esa frase de antologa, "solo los imbciles no cambian de opinin cuando cambian las circunstancias", un lema de vida. Y que si antes no dud un instante en traicionar a sus electores y su propuesta de campaa y gobernar con los partidos y programas de sus contradictores, ahora tampoco tuvo pudor y se ali hasta con el diablo, literalmente, para ganar las elecciones. Si la "circunstancia" era ganar, todo era posible. En fin, de Santos ya sabamos que solo es coherente con sus ambiciones.

Hablo de aquellos de quienes se presuma una cierta posicin, una doctrina, una ideologa, una bsqueda de coherencia. De Len Valencia, por ejemplo, que se vende como adalid de la lucha contra los parapolticos y que en esta ocasin no tuvo reparo en quedar alineado con los que l mismo haba "denunciado". O Claudia Lpez, a quien respeto, pero de quien no puedo entender que apenas unas semanas antes dijera que "con la manera como se roba a manos llenas la plata de los colombianos para financiar las campaas de los polticos para que apoyen la reeleccin del presidente Santos, francamente es imposible apoyar al Presidente" y que despus, con la excusa de la paz, le diera pblico apoyo, aunque sobre ese pretexto hubiera dicho que "Santos ni siquiera entiende en que consiste la paz de Colombia [y] Santos no solo no es necesario sino que puede ser un obstculo para la paz". Por cierto, los dos dirn algo sobre las "votaciones atpicas" que en distintos municipios del pas tuvo Santos, con la misma teora con la que defenestraron a varios polticos en aos anteriores? O esta vez, como quedaron del mismo lado, pasarn de agache?

O Clara Lpez, que no tuvo reparo ninguno en sostener, cuando era candidata, que "el gobierno de Santos est organizando la compra-venta de votos ms grande en la historia con la plata de los impuestos" y despus sumarse a esa campaa que, de creerle, solo podra calificarse como delincuencial. Y que, de izquierda militante, tambin terminara en las huestes de varios acusados de parapoltica. O Antanas Mockus, el de la "moral intachable", segn una revista, quien afirmara que "el "todo vale" es la peste de cualquier sociedad", y que ahora termin ah, en el juego sucio y el "todo vale" dizque por la paz.

Est visto: para desengaos, los de la poltica

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